Pirotecnia: amenaza al oído humano
Como cada fin de año, la polémica por la pirotecnia y sus efectos en humanos y animales vuelve a las primeras planas.
En la cima del ranking de las lesiones figuran las quemaduras en las manos y las lesiones oculares, pero con el correr de los años empiezan a ser cada vez más resonantes las consecuencias que la pirotecnia produce en el oído. Y en muchos casos, las secuelas por ese segundo de supuesto festejo son definitivas.
Una bomba de estruendo, explica, alcanza los 190 decibeles, y un mortero, 145 dB, mientras que el oído tiene la capacidad de tolerar sonidos hasta 90 dB sin que se produzca daño. Como parámetro, una aspiradora suele rondar los 90 dB, escuchar un iPod puede alcanzar los 120 dB, y una banda de rock llega a los 150.
La pirotecnia puede generar distintos grados de pérdida de la audición, generalmente por daño del oído interno: zumbidos, acúfeno o tinnitus, que es la percepción de un ruido como un silbido o el canto de un pájaro. "Si la explosión del petardo, mortero o cualquier elemento fue muy cercana, una gran presión sonora se produce dentro del oído, ocasionando una perforación de la membrana timpánica, que se acompaña de sangrado del oído, disminución de la audición y dolor". Otros efectos pueden ser una crisis de vértigo, estrés o irritabilidad.
Recomendaciones
» Evitar el uso de elementos de pirotecnia.
» De no poder hacerlo, mantenerse alejado del lugar de la explosión.
» Optar por pirotecnia de baja intensidad sonora en lugares abiertos.
» Ante cualquier lesión, consultar al médico especialista.
» El nivel de daño resultante puede terminar con la pérdida total de la audición.
» Las lesiones por trauma acústico, sean graves o no, son irreversibles.
» Los niños y adultos mayores son más sensibles al alto ruido que genera la explosión masiva de pirotécnicos.
